Debo admitir que, cuando empecé mi práctica en la galería de arte Montenegro Art Projects – MAP, sentí una mezcla de emoción y nervios. El mundo del arte, en particular su mercado, era algo que solo conocía de manera vaga y me resultaba ajeno. Afortunadamente, tuve la oportunidad de adentrarme en él y, aunque la curiosidad me impulsaba, también sentía incertidumbre: no sabía si realmente me gustaría o si lograría desempeñarme bien. Sin embargo, pronto descubrí que esta experiencia se convertiría en una pasión y que era exactamente el entorno que había estado buscando en mi camino dentro del arte.
A medida que pasaron los primeros días, los nervios dieron paso a la satisfacción de estar en la galería. Me sorprendió lo complejo y único que era el mundo del arte, con dinámicas muy distintas a cualquier otra industria que hubiera explorado antes. No solo encontré este universo fascinante, sino que también comprendí que se alineaba completamente con mis intereses personales. Supe entonces que quería dedicarme a esto una vez terminara mis estudios.
No necesariamente trabajando en una galería, pero sí dentro de los espacios de exhibición y comercio del arte.
Mi paso por la galería —sumado a la excelente clase de Mercados del Arte con la admirable profesora Charlotte Pieri— me abrió los ojos a los múltiples matices de esta industria: la curaduría, las ferias (como ARTBO 2024), la relación con artistas, coleccionistas y el público, así como la comprensión del aspecto financiero del arte. Eran dimensiones que hasta ese momento no había explorado y que nunca antes había considerado. Durante mi primera práctica, adquirí conocimientos valiosos sobre cómo funciona este mercado y, aún más importante, aprendí mucho sobre mí mismo. Descubrí mi capacidad para ser adaptable, versátil y diligente, trabajando eficazmente bajo presión y gestionando múltiples tareas a la vez.
La práctica también me enseñó a desenvolverme en un equipo formal y con experiencia, ya fuera coordinando, tomando decisiones o interactuando con visitantes y clientes. Cada situación me permitió comprender mejor mis fortalezas, mi estilo de trabajo y cómo manejar la presión sin comprometer la calidad de los resultados.
Sin duda, esta experiencia me mostró una nueva pasión, me brindó aprendizajes invaluables y me permitió crecer tanto profesional como personalmente. Tuve la fortuna de estar expuesto a nuevas ideas, perspectivas y desafíos que me sacaron de mi zona de confort, ayudándome a ganar confianza en mis habilidades y a definir con mayor claridad el rumbo de mi carrera. Estoy profundamente agradecido por el tiempo que pasé en esta práctica, por todo lo aprendido y por las conexiones que pude establecer. Esta vivencia consolidó mi pasión por la industria del arte, y me emociona seguir explorando este camino en el futuro.

